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Comenzó la séptima edición del Festival Latinoamericano de Títeres en Bernal

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El sábado comenzó, en el teatro Don Bosco de Bernal, una nueva edición del Festival Latinoamericano de Títeres Animarte –la séptima- que se extenderá hasta finales de mayo y ofrecerá una amplia variedad de funciones para toda la familia.

Organizado por el grupo Fantoche Violeta y el teatro Don Bosco, más el auspicio de la Asociación Civil Hijos de Fierro, el Instituto Nacional del Teatro y la organización teatral Estesur, en esta edición el festival contará con otras cinco sedes como el Centro Cultural Lynch (Wilde) y Sarandiarte (Sarandí), correspondientes al partido de Avellaneda; Artenpié (Quilmes), Índigo (Berazategui) y el teatro Maipú (Banfield).

Como cada año, habrá elencos de varias regiones, no solo del país, sino también del exterior, según le dice a La Vereda Ricardo Lista, del grupo Fantoche Violeta. “Esta vez contaremos con dos elencos de Venezuela, Cuba y Chile. También contaremos con grupos de Catamarca, Córdoba y Mendoza, todos con distintas propuestas e historias”.

La apertura del festival de este año corrió por cuenta de Teatrín Viajero Zapateo y Sarandeo, a cargo de Chincho Poroto, proveniente de Catamarca. “Este espectáculo se basa en una técnica que podríamos llamarla teatro portante o bien bululú, un personaje que andaba por los caminos en Europa que sacaba títeres de una maleta para contar historias”, explica Lista, ante la atenta mirada de Rodolfo Mondongo, emblemático títere que funciona como la cara del festival y ejerce la labor de presentación de cada una de las funciones.

Otra de las sorpresas de la apertura fue la presencia de las cajas misteriosas realizadas por el grupo Telba Carantoña de Venezuela, conformado por José Quevedo y Emmanuel Gunezler. Se trata de una estupenda interpretación de teatro lambe lambe, una “técnica que consiste en un espacio reducido donde se intenta contar una historia muy breve, de unos 4 minutos y para un solo espectador, que mira todo por una mirilla y escucha una pista de grabación por auriculares” según explica Lista quien agrega: “Es como volver a la esencia del teatro: algo que hacíamos desde pequeños como jugar con nuestros muñecos en un espacio reducido, contándonos nuestras propias historias”.

¿Cómo logra perdurar el títere en épocas donde reina la tecnología?

El títere está como un plano diferente. Es como si atravesara la vorágine actual cuando quiere, porque es un arte vivo que trabaja con la fantasía, desde el grotesco. Moviliza cuerdas sensibles en el ser humano, cuerdas que tenemos en la memoria genética que traemos desde hace miles y miles de años y se activa. Lo que nos pasa a nosotros, sujetos del siglo XXI, es que nos cuesta dejar la vorágine. Nosotros celebramos mucho cada vez que viene el público a la sala y nos acompaña. Eso significa que se ha dado un paso gigante sin que se den cuenta, ya que se han dejado todas las tentaciones que brinda la tecnología propia de este tiempo. Decidieron ser testigos de un hecho vivo que es el teatro.

Otra de las propuestas que cada año ofrece el festival es el espectáculo de títeres para adultos, que en esta edición estará a cargo de Oscar Navarro Correa, titiritero mendocino que además es dramaturgo y director de teatro. “Es una propuesta muy poética. Él trabaja con objetos y sus manos y ofrece tres números donde nos cuenta distintas cosas que giran alrededor de una temática”, sostiene Lista. “Lo interesante es, desde el punto de vista genérico, que el adulto elija ver títeres y que pueda ver que hay historias muy profundas que pueden ser contadas desde el títere”, agregó.

Cabe destacar que, gracias al público que se va sumando cada año, las funciones se extienden fuera de las puertas de los teatros y llegan a recintos donde la gente quizá no tenga el acceso a una sala para disfrutar de este tipo de espectáculos. “Esto es fundamental para nosotros. El teatro es un arte vivo que se construye entre todos, así que parte del dinero que se recaude por la venta de entradas, se destinará a pagarle una función extra al titiritero que llevará su obra a lugares que no tengan acceso al teatro”, destaca Lista.

En ediciones anteriores, el Festival llegó a barrios carenciados, orfanatos, internados, escuelas especiales y geriátricos.

Funciones

Hasta el 27 de mayo, todos los fines de semana a las 16 horas en el Teatro Don Bosco. En otras sedes: domingo 13 en Índigo, viernes 18 en Lynch, domingo 20 en Artenpié y domingo 27 en Teatro Maipú.

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